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Preocupación compartida por el riesgo de que exista una estrategia orientada a un cambio de modelo que pase por encima de Atención Primaria

Preocupación compartida por el riesgo de que exista una estrategia orientada a un cambio de modelo que pase por encima de Atención Primaria

Fecha de publicación: 12 de mayo de 2023
Las sesiones del viernes en la Sala de Cámara del Kursaal han arrancado con la ponencia “¿Por qué es tan difícil gestionar la Atención Primaria?”, a cargo de varias voces consagradas en la realización de diagnósticos sobre la situación de la Atención Primaria. Asensio López Santiago, Juan Simó Miñana, Lluis Gracia Pardo y Susana Martín Benavides, todos ellos especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria y con experiencia en la gestión de la Atención Primaria a distintos niveles. El moderador de la mesa fue Josep Casajuana Brunet.



El punto de partida del debate han sido los desafíos diarios a los que se enfrentan los gestores de la Atención Primaria y se han discutido las políticas necesarias para fortalecerla. Se han abordado las decisiones que se deben tomar para garantizar una atención de calidad en una época en la que hay un déficit de médicos de familia y pediatras. Se ha debatido sobre las herramientas necesarias en cuanto a equipamiento, recursos humanos y autonomía de gestión que se deben proporcionar a las Unidades de Atención Primaria para hacer frente a los desafíos de la atención sociosanitaria del siglo XXI.



Asimismo, se han analizado las estructuras de gestión de la Atención Primaria a nivel de las consejerías que pueden ser más eficientes y se ha debatido sobre cómo conseguir que las experiencias de integración asistencial en nuestro país sirvan para fortalecer a la Atención Primaria.



En el transcurso de la mesa, sobre todo en su apertura, se ha partido de una visión crítica sobre el punto en el que hoy se encuentra la atención primaria. En un momento del debate, Asensio López ha pedido esperanza: “si nos impregnamos de catastrofismo, no vamos a conseguirlo. Nuestra responsabilidad como colectivo es reivindicar, pero no encarnizarnos en el mensaje de autodestruirnos”.







Modelos de gestión



Juan Simó ha abierto la sesión analizando datos con la idea de fondo de que lo poco que se ha gestionado de forma orientada la Atención Primaria, se ha gestionado mal. El médico de familia y autor del blog “Salud, Dinero y Atención Primaria” ha analizado la progresión en recursos humanos, en costes de personal, en disponibilidad de equipos y en el cómo se han gestionado los recursos. Juan Simó ha destacado que la mayor parte de la gestión económica en AP ha sido radicalmente distinta al modelo de gestión e inversión de recursos en el ámbito hospitalario.



Simó ha cerrado el turno inicial del debate señalando, de forma crítica, que “Si el conjunto de especialistas en Medicina familiar y Comunitaria llevan más de 40 años sin organizarse, va a llegar a un punto que no lo van a saber hacer ni el motivo por el que se ha entrado en esta dinámica”.



Frente a la visión de desasosiego, Susana Martín Benavides ha defendido un modelo de esperanza mirando al pasado. Es cierto que “tenemos mucho diagnóstico, nuevas fórmulas para organizar el trabajo en equipo, recuperar el liderazgo compartido, pero creo que es necesario mirar al pasado para saber cómo hemos alcanzado lo que hemos logrado. Pero frente a esta visión crítica hay esperanza, pues ahora toca a los jóvenes definir el modelo de la Atención Primaria, pues hace 40 años ya la Atención Primaria fue definida y aupada por los jóvenes”.







Microgestión consensuada



En el transcurso de la mesa han salido opciones de gestión que, en los últimos meses, han ido ganando enteros para ser aplicadas como modelo de gestión: el modelo de gestión con visión de equipo con distintos profesionales con cupo de población asignada. Desde su visión como director del EAP Vallcarca-Sant Gervasi, que es un centro de salud gestionado en base a un modelo asociativo, Luis Garcia ha explicado que “ya hay una forma evolucionada de Atención Primaria en términos de microgestión en el que cada profesional se autogestiona y asume las tareas que puede desarrollar hasta su techo competencial”.



Luis Garcia ha ejemplificado las mejoras de gestión en base a la idea de que hoy en día una médica o un médico de familia puede destinar un 30% o 40% a hacer burocracias. “Incorporar al administrativo en las tareas de los equipos de salud de atención primaria tiene todo su sentido porque es importantísimo que el médico se dedique a aplicar en la clínica todo lo relativo que solamente el médico puede hacer”, ha dicho. Sin embargo, para poderlo aplicar es necesario “una delegación protocolizada de responsabilidades”.



Para aplicar este modelo se ha destacado la importancia de cogestionar agendas entre médicos, TCAES, administrativos o enfermería. “Los espacios compartidos y los equipos impulsando sus ámbitos de actuación hasta el techo competencial solamente se pueden implantar con consenso y negociación interna y protocolizada de las tareas”. Josep Casajuana apostilla, defendiendo este modelo de equipo consensuado: “no es lo más importante llegar primero, sino llegar juntos”.



Juan Simó se ha apuntado a esta propuesta como solución para “mejorar en las vocaciones” y la visión que tienen los médicos respecto a las consultas de AP. Trabajar la “no enfermedad” se está cargando la capacidad de que el médico se centre en el desarrollo de la clínica.



También Asensio López ha destacado que “hay que dar poder a los equipos funcionales de AP, que es capacidad de poder gestionar y decidir cómo se organizan los equipos, qué opciones tienen para gestionar agendas”.



 







Relación con especialistas de hospitales



Una de las cuestiones que Luis Gracia ha querido criticar es que cualquier cambio de modelo debe prosperar también en la transición entre los distintos ámbitos asistenciales. “La demora en la hospitalaria demora la calidad de AP”, ha señalado, ejemplificando que en una “intervención larga en paciente en diagnóstico, acompañamiento y progresión terapéutica, y en el momento de llegar a derivar al hacia el hospital, se encuentra el paciente con un año de lista de espera. Debemos poder derivar en tiempo y forma adecuados. No podemos tener una primaria de calidad y un salto a la especializada de un año”, ha explicado.



Susana Martín ha reforzado esta idea señalando que cuando “el paciente entra por la puerta de AP y circula por el sistema, nosotros debemos garantizar el estándar que se han definido y la calidad de atención cuando el paciente corre por el sistema debe recaer en AP“.



La relación entre la atención primaria y la atención hospitalaria ha sido duramente cuestionada en varios momentos: “Ya no hay sumisión de Atención Primaria respecto a la hospitalaria, hay insignificancia y hasta indiferencia”, ha denunciado Juan Simó.



En la búsqueda de los momentums históricos en los que se han producido estos cambios de paradigma, se ha señalado que la crisis del 2008 se podría haber gestionado de una forma distinta y teniendo en cuenta que la Atención Primaria era el espacio en el que atender a las derivadas sanitarias de la crisis y penuria económica, pero por el contrario fue un espacio en el que desinvertir y recortar recursos.



Asensio López en el análisis de este contexto ha señalado que “en ese momento no hubo manos negras” pues fueron macro decisiones económicas sin analizar el qué podía aportar en lo sanitario. “No hubo manos negras contra lo público” y en los últimos 10 años no ha habido nadie con un discurso pensado y artículo destinado a desmontar AP como objetivo primario. Por el contrario, “ahora sí corremos el riesgo de que ya exista una de estas estrategias intencionada y claramente orientada al modelo. Detrás de algunas directrices y noticias actuales, hay claramente una ideología”.



Juan Simó ha reforzado este pensamiento sosteniendo que tras esta ideología y este modelo de analizar la sanidad se están produciendo cambios sociales de perspectiva y aceptación del doble aseguramiento público-privado.