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Jorge Lema Bartolomé: “Las instituciones tienen que hacer un esfuerzo para dotar de medios a la Atención Primaria en general y a los Centros Docentes, en particular”

Jorge Lema Bartolomé: “Las instituciones tienen que hacer un esfuerzo para dotar de medios a la Atención Primaria en general y a los Centros Docentes, en particular”

Tiempo de lectura: 5 minutos
Fecha de publicación: 04 de diciembre de 2023

Eres el nuevo vocal de la sección de docencia e innovación. ¿Qué va a suponer tu llegada para este programa?

Aún no estoy seguro, lo que sí que espero es poder visibilizar el tremendo trabajo que se realiza en las Unidades Docentes del país, tenemos muchos socios que trabajan en ellas, y pienso que semFYC les “debe” un apoyo formal y continuo. Esto se ha hecho desde siempre, pero creo que es posible dar un pasito más y organizarlos a todos para que la experiencia de unos y otros contribuya a mejorar la formación de los nuevos médicos de familia que tanto necesita el sistema.

Mi compromiso es trabajar para ofrecer herramientas, entornos de comunicación y apoyo a las iniciativas que esa parte de socios demanden.

Una de tus tareas será la interlocución con las Unidades Docentes de Atención Familiar y Comunitaria y, de hecho, eres el Jefe de Estudios de la sociedad federada de Cuenca. ¿Por qué es tan importante para la semFYC contar con este canal directo?

Las Unidades Docentes son la cantera del sistema sanitario, teniendo en cuenta que la Atención Primaria es el pilar esencial e imprescindible de todo el sistema, la formación de los nuevos profesionales debería ser primordial. La semFYC lo sabe bien y desde sus inicios ha estado ligada a las Unidades Docentes y parece natural que una de las vocalías “fuertes” de la sociedad sea la de las Unidades Docentes.

Aunque parezca obvio, no se está cuidando a las Unidades Docentes, no se las dota de los recursos necesarios, ni humanos ni materiales en las CC. AA. En este sentido, la semFYC ha apoyado estas demandas y un canal directo de comunicación con las Unidades Docentes, que es imprescindible para poder canalizar las necesidades de estas.

Queremos hablar un poco de tu experiencia personal en este ámbito. ¿Qué has aportado a tu Unidad Docente?

Prácticamente toda mi vida laboral ha estado ligada a la Unidad Docente de Cuenca, primero como residente; luego, como técnico de salud; y, posteriormente, como Jefe de Estudios.

He ido aprendiendo y evolucionando con las nuevas necesidades del sistema, con cambios de gerencias y de direcciones políticas y, sobre todo, he interiorizado que las Unidades Docentes debemos ser las facilitadoras para que los y las residentes que nos llegan puedan conseguir ser excelentes profesionales de Medicina y Enfermería Familiar y Comunitaria, ofreciendo todo lo necesario para que puedan orientar su formación en ese sentido, guiándoles en su camino y trasladando los valores de la mejor especialidad, la que se ocupa de las personas.

Pienso que, poco a poco, he podido transmitir esos valores a los y las residentes de mi Unidad Docente, tienen claro qué es un médico y una médica de familia, y pueden llegar a serlo durante sus 4 años de formación.

En tu presentación ante las Unidades Docentes explicaste que eres un gran apasionado de la innovación. De hecho, la propia semFYC te premió recientemente por la Unidad de Simulación e Innovación de Cuenca (USICU). ¿En qué consiste?

La USICU es un espacio en el que los profesionales pueden entrenar situaciones habituales y no tan habituales en un entorno seguro, con la posibilidad de aprender del error sin poner en riesgo a ningún paciente. Se trata de una sala que se puede “disfrazar” de lo que haga falta (consulta de Atención Primaria, sala de curas, sala de urgencias, domicilio, habitación de hospital, box de urgencias… lo que dé la imaginación), equipada con un sistema de video y audio grabación, y la posibilidad de que parte de los asistentes que no participen activamente en el caso, lo puedan ver en directo a través de una cristalera (de modo que los participantes no los vean, a través de un cristal “espía”), además de poder grabar la situación para analizarla con detenimiento entre todos. 

Tras realizar el caso preparado por los instructores, todos y todas (participantes, actores y actrices, y el resto de asistentes) se reúnen para, de manera constructiva, extraer todas las potencias y oportunidades de mejora que se puedan plantear al respecto de los objetivos del caso.

Es una experiencia muy intensa y divertida, en la que todos los participantes disfrutan mejorando en lo que más les gusta hacer: tratar a sus pacientes. A esto le añadimos el aliciente de poder practicar con el propio equipo, fundamental en Atención Primaria.

Hay toda una metodología detrás de la simulación, que es necesario conocer para poder sacarle todo el jugo.

Otras especialidades ya están incorporando la simulación en sus programas formativos y en el caso de la Medicina Familiar y Comunitaria está más que justificado integrarla igualmente. No podemos quedarnos atrás en esta modalidad de aprendizaje tan potente.

¿Cómo ves la situación de la docencia durante el MIR de Medicina Familiar y Comunitaria en nuestro país?, ¿y la de las Unidades Docentes?

Estamos pasando una etapa complicada, las expectativas de los y las residentes son muy altas y no siempre podemos ofrecer todo lo que demandan y necesitan.

Las instituciones tienen que hacer un esfuerzo para dotar de medios a la Atención Primaria en general y a los Centros Docentes en particular, el ambiente en el que los residentes se forman debería ser especialmente cuidado (además del resto de CS, por supuesto, pero en este caso con mayor razón), debería existir un “perfil docente” de las plazas de esos centros, de modo que todo el que vaya a esos centros sepa que son docentes y que se les exige un compromiso especial con la docencia de residentes, de medicina y, no olvidemos a enfermería, que es parte fundamental de todo esto. Además, los cupos deberían estar limitados, que el número de consultas que permitan al tutor enseñar a los y las residentes, que haya tiempo para poder salir a la comunidad, a los domicilios, que haya espacios y tiempo para la formación y la docencia, que los tutores puedan desarrollar su vertiente investigadora y de esa manera los residentes también lo puedan hacer.

Esta visión ideal de un centro docente no se puede conseguir sin una apuesta clara y decidida de los gestores sanitarios. Seguro que no es sencillo, pero todo pasa porque se crean esto, que se den cuenta de que si no lo hacen así, no tendrán excelentes profesionales en Atención Primaria, y sin una Atención Primaria fuerte, ya se pueden inaugurar todos los hospitales que quieran, que no funcionará el sistema, se colapsará en un punto u otro, donde hay que invertir realmente es en Atención Primaria.

Las Unidades Docentes servimos de catalizador de todo eso, podemos tener muy buenas intenciones y tener claro el camino que llevar, pero sin los medios es muy complicado que podamos hacerlo. Los profesionales que trabajamos en las Unidades Docentes somos, en su gran mayoría, defensores de esta visión de la formación de especialistas, activistas de la Medicina Familiar y Comunitaria, que con muy poco somos capaces de hacer mucho, es lo que nos gusta y eso lo transmitimos a los residentes.  En cualquier caso, hay que cuidar a las Unidades Docentes. Hay mucha preocupación con el bloqueo del nuevo Programa de la Especialidad, el impacto de la creación de la nueva especialidad de Urgencias y Emergencias, la jubilación masiva de tutores, la bajísima implantación de la especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria…

Cuando seguimos en vivo el proceso de elección de plazas MIR vemos que hay Unidades Docentes que quedan sin plazas enseguida y luego hay otras en las que quedan numerosas plazas por cubrir. ¿Por qué sucede esto?

Es algo que nos preguntamos todos y que es difícil de estudiar. La atracción de algunas Unidades Docentes creo que está principalmente en su visibilidad, si se repasa un poco el mapa, las Unidades Docentes que se suelen quedar con plazas vacantes son aquellas de la España vaciada, que coinciden con sitios en los que no hay estudiantes de medicina, hay excepciones, claro, pero es una tendencia. Ya hay estudios en los que, en ciudades grandes, la Medicina Familiar y Comunitaria es más atractiva que muchas otras especialidades, nos queda hacer atractiva la especialidad en ciudades más pequeñas, donde se puede desarrollar todo el potencial que el residente quiera tener, donde hay menos “competencia” con otros residentes en hospitales más pequeños, donde la ruralidad aporta mucho, donde el trato es más personalizado… es una cuestión de visibilidad. Es difícil escoger algo que no se conoce.

¿Qué supone para una Unidad Docente quedarse con plazas MIR sin cubrir?

En primer lugar, un descabale en sus programas de rotaciones, en la planificación de las guardias, en los programas formativos, pero, sobre todo, una sensación de pérdida para los profesionales de las Unidades Docentes y para los tutores. Estos pierden la “vidilla” que un residente aporta al centro de salud.

Hay que pensar que un residente es un “infiltrado” de Atención Primaria en el hospital, una persona que pasa por la mayoría de los servicios y sabe cómo funcionan, que pasa cuando el paciente va allá, como acceder a las diferentes especialidades, todo desde el punto de vista de un profesional de la Medicina Familiar y Comunitaria… Toda esa información es valiosísima para los tutores, facilita enormemente su trabajo saber qué pasa con sus pacientes cuando suben al segundo escalón. Se pierden las sesiones, la investigación, la sensación de hermandad entre los propios residentes… Es un desastre.

¿Qué está pasando con la elección MIR de familia? ¿Cuáles son sus principales problemas y cómo debería abordarse?

Es complicado y hay varios factores. Un problema es el sistema de elección. Está claro que hay que evolucionar en lo tecnológico, pero hay que evolucionar de verdad, el actual sistema de “listas” no creo que beneficie a las especialidades que más tarde se escogen (Medicina Familiar y Comunitaria es de las últimas, en gran parte, debido a su mayor número). Creo que hay capacidad tecnológica suficiente como para hacer una elección telemática en tiempo real, es decir, sin listados de cientos de plazas. También debería establecerse algún tipo de control con las renuncias, me refiero a los casos en los que una plaza ha sido elegida, pero al llegar el momento de la incorporación no se presenta o renuncia.

Pienso que, en muchos casos, estas plazas podrían haber sido elegidas por otros opositores, y es una pena que, con el sistema actual se pierdan. Otra cosa es que alguien que se haya incorporado se dé cuenta al cabo de un tiempo de que no es la elección adecuada, son situaciones diferentes.

Y lo principal es, como he dicho antes, un tema de visibilidad. Si los estudiantes ven una Atención Primaria fuerte y resolutiva, con un reconocimiento por parte de la sociedad y del resto del sistema sanitario, verán estas plazas como más atractivas.

Insisto: hay que potenciar a la Atención Primaria, y no en programas electorales, sino con hechos e inversión real.

Muchos médicos te conocen por la Mirilla de Familia ¿Cómo surgió esta idea?  

No veía que los estudiantes tuviesen información adecuada y centralizada de lo que las Unidades Docentes podemos ofrecer.

El proyecto nació como una plataforma en la que los estudiantes que se planteasen escoger Medicina Familiar y Comunitaria tuvieran en una web toda la información para elegir la especialidad allá donde más les conviniese. El proyecto ha ido evolucionando y ahora se ha convertido además en un espacio de colaboración entre Unidades Docentes, algo muy interesante.

Con tu incorporación a la Junta Permanente de la semFYC. ¿Qué sucederá con este espacio de información tan referente?

Espero que siga adelante, ya que es un proyecto de todos, independientemente de su afiliación a una sociedad u a otra, la información que allí se comparte es fundamental para todas las Unidades Docentes del país y espero que no se pierda.

Mi entrada en la Junta Permanente de la semFYC supondrá que la sociedad tendrá la oportunidad de apoyar a los socios que trabajen en las Unidades Docentes, conociendo de primera mano los proyectos que puedan ayudar a mejorar la formación de los residentes, así como poder trasladar todas las iniciativas, demandas y propuestas de las Unidades Docentes en los foros en los que la semFYC tiene voz.

Muchas veces se ha dicho que todo residente que conoce la especialidad se enamora de ella. ¿Qué tiene esta especialidad para producir ese enamoramiento?

Los y las pacientes. En esta línea, esta es una especialidad en la que el contacto con las personas que atendemos trasciende a la medicina: se tratan experiencias vitales, no sólo la patología que en cada momento aflige a la persona, sino que se la trata como un todo.

Somos médicos y médicas de personas, y las personas lo son en un entorno, en una familia, en un grupo social… y los médicos y las médicas de familia deben llegar a todos esos ámbitos para desarrollar bien su labor.

No sólo estamos en la enfermedad, también estamos en la salud, potenciando la salud de la comunidad, la salud de todos y de todas, ¿qué más se le puede pedir a una especialidad? Es imposible no enamorarse de algo así