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El Lancet Feminista – Parte 3 #HemosLeído

El Lancet Feminista – Parte 3 #HemosLeído

Fecha de publicación: 02 January 2020
En las dos anteriores ediciones de #HemosLeído presentábamos los artículos de The Lancet, popularmente conocido como “El Lancet Feminista” (LF), publicado el pasado 9 de febrero y que reúne un total de 43 artículos. Agrupábamos varios de los artículos en 1º apartado sobre análisis de la situación:

Apartado A.- Artículos que hacen referencia a la “Necesidad de que las organizaciones de Educación e Investigación se pronuncien ante la Inequidad de Género”. En el anterior “Hemos leído” continuábamos con el análisis de la situación en su Apartado B.- referido sobre todo a las “dificultades de las mujeres para lograr la equidad de género en la ciencia”, así como otros artículos publicados en el Lancet Feminista, en otras de sus secciones.

En esta 3ª parte de análisis del LF recogemos artículos sobre el “valor de las perspectivas críticas, y la importancia de reflexionar sobre los sesgos”, así como otros artículos publicados en el LF, en otras de sus secciones.

Y en el próximo “Hemos leído” presentaremos los artículos del LF en relación con “posibles soluciones”.

En cuanto a los artículos del LF que se refieren al “valor de las perspectivas críticas, y la importancia de reflexionar sobre los sesgos”, describen como esto puede ser difícil para profesionales de la ciencia y de la medicina, que se basan en las creencias de su propia objetividad y en el pensamiento basado en la evidencia.

Por ello son interesantes las aportaciones desde otras perspectivas como lo hace Malika Sharma en su artículo de revisión.

 

“Aplicando la teoría feminista a la educación médica”

Malika Sharma explica cómo el "género histórico de la medicina prioriza los tipos particulares de conocimiento (y las formas de producir ese conocimiento), y crea barreras para la investigación y las prácticas críticas, y específicamente las feministas".

Las perspectivas feministas y otras perspectivas críticas permiten a los investigadores cuestionar los supuestos subyacentes que producen y mantienen las jerarquías sociales y, al hacerlo, permiten imaginar formas de transformar campos y prácticas, para hacerlas más equitativas e inclusivas.

Igualmente, para que las acciones tengan consecuencias duraderas y de gran alcance, por lo tanto, deben dirigirse a crear un cambio a nivel institucional.

Como dice en el artículo, se hablaría más profundamente del sesgo implícito (que se basa en la creencia de que las personas actúan sobre la base de esquemas internalizados de los que no son conscientes y, por lo tanto, pueden y, a menudo lo hacen, participar en comportamientos discriminatorios sin intención deliberada).

“El bueno, el feo y el malo” es un artículo que nos va a ayudar a analizar estos sesgos implícitos y sus implicaciones para las mujeres en el ámbito científico.

 

  • El bueno: La capacitación y el aprendizaje en parcialidad implícita puede hacer que las personas tomen conciencia de su participación involuntaria en la perpetuación de la discriminación y la inequidad, así como, en el caso de los hombres, de las ventajas no reconocidas que disfrutan por la pertenencia al género masculino. Esto alienta a las personas a confrontar sus propios prejuicios y privilegios no adquiridos y a aprender estrategias dirigidas a reducir los pensamientos y las prácticas discriminatorias.


Además, a medida que el concepto de sesgo implícito ha ganado popularidad, ha enriquecido la conciencia pública y el discurso sobre la inequidad de género.

  • El feo: el sesgo implícito, al centrarse en la persona, produce un desenfoque del problema a otros niveles (otra miopía de sexo y género) como son los contextos histórico, social, estructural y político en el que se producen y mantienen esas desigualdades ignorando otras fuentes de inequidad: clase, raza, etnia, localización geográfica, estatus de inmigrante, sexualidad y las incontables intersecciones entre ellas. Además, el analizar y centrarse en las formas inconscientes de desigualdad, no debe de hacernos olvidar las formas conscientes e intencionadas que persisten a día de hoy en las instituciones.

  • El malo: la eficacia individual que se ha observado con el análisis y el aprendizaje sobre el sesgo implícito se ha demostrado ineficaz a nivel global y por supuesto, institucional, donde continúa existiendo clara discriminación por género. Además, no ejerce ninguna influencia en el, a día de hoy arraigado, modelo masculino de éxito y los rasgos estereotipados, criticando a la vez a las mujeres que consiguen sobresalir en dicho ámbito por adoptar dicho modelo.

  • Propuestas para conseguir cambios: en primer lugar, medidas para poder conciliar el trabajo y la vida familiar, tanto para hombres como para mujeres (nuevamente una medida no dirigida a ningún género); también se proponen iniciativas participativas, impulsando el conocimiento y experiencia de un grupo representativo de empleadas y empleados en el desarrollo y evaluación de las intervenciones e iniciativas institucionales como medio y fin de conseguir medidas más inclusivas.


 

OTROS ARTÍCULOS del LF: Para finalizar y sin pretender ser exhaustivas comentando todos los artículos del LF, hacemos un comentario de un artículo de cada una de estas dos secciones que se presentan en la revista: “Correspondencia”; y “Comentarios”

 

CORRESPONDENCIA:
El artículo “Aumentar el liderazgo de las mujeres en la ciudad de Ho Chi Minh” refiere que para mejorar la inclusión y la diversidad en la ciencia, se necesitan con urgencia datos de países de ingresos bajos y medios, ya que la desigualdad existe en los países con ingresos altos pero mucho más en aquellos. Puede haber un número equilibrado de mujeres y hombres en los cargos superiores, pero existe un desequilibrio de género en otras medidas de liderazgo científico.

 

COMENTARIOS:

Se hace un comentario sobre el artículo “Desconectado. Género y salud global: un fracaso global inexcusable” y en él Richard Horton se queja de que la OMS no haya incluido la inequidad de género entre las “Diez amenazas para la salud mundial en 2019”, que sin embargo si que se ha incluido en el documento sobre Sostenibilidad promovido por la OMS, en cuanto a uno de sus objetivos (el ODS 5).

 

 

Carmen Fuertes Goñi y Rocío García-Gutierrez Gómez

GdT en Inequidades en Salud / Salud Internacional