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"El médico de familia ocupa un papel central para llevar a cabo una deprescripción de medicamentos de forma segura, aceptada y útil"

Fecha de publicación: 18 September 2017

Entrevistamos a José Ignacio de Juan Roldán, ganador de una Beca Isabel Fernández por la Tesis "Estudio de validación al castellano del cuestionario Revised Patients’ Attitudes Towards Deprescribing (rPATD) para evaluar las actitudes de los pacientes hacia la deprescripción."


Buenos días, en primer lugar, ¿podrías explicarnos brevemente de qué trata tu tesis?


Buenos días. Mi proyecto de tesis consiste en validar al castellano una herramienta, en forma de cuestionario, que permita explorar las creencias de los pacientes en relación al número de fármacos que están tomando y bajo qué circunstancias estarían dispuestos a iniciar un proceso de deprescripción. Además, permitiría identificar qué factores influyen sobre estas creencias para detectar subgrupos en los que la deprescripción de medicamentos sea más o menos aceptada. Para ello realizaremos, en primer lugar, un proceso de adaptación transcultural del cuestionario y, posteriormente, un análisis de sus características psicométricas.


La versión original de este cuestionario, denominado Revised Patients’ Attitudes Towards Deprescribing questionnaire (rPATD), ha sido desarrollada por investigadores de la Universidad de Sidney y es el primero publicado que explora la percepción de los pacientes acerca de la deprescripción.


¿En qué campos prácticos crees que este estudio podría aplicarse?


Se ha observado que, de todas las barreras a las que se enfrenta la deprescripción –que podríamos dividir en aquellas relacionados con el contexto sociocultural y sanitario; con los profesionales; con la relación entre profesional y paciente o cuidador; y con los propios pacientes–, las actitudes y creencias de estos últimos tienen una importancia fundamental, y gran parte del éxito en este proceso dependerá de la adaptación a las necesidades de los pacientes.


La validación al castellano de este cuestionario pondrá a disposición de los clínicos una herramienta que permitirá identificar pacientes con una predisposición favorable a la deprescripción, lo que podría ser útil para iniciar la negociación de un proceso de retirada de fármacos.


Además, el cuestionario rPATD analiza cuatro factores: la carga que supone la medicación para el paciente, la percepción sobre beneficios y daños causados por la medicación, la preocupación del paciente sobre la posibilidad de dejar de tomar una medicación, y el conocimiento de la medicación e implicación del paciente en relación a sus fármacos. Obtener una puntuación por cada factor permitiría obtener información más detallada sobre los diferentes aspectos de la deprescripción y puede servir de guía al clínico sobre las necesidades de cada paciente en este proceso.


Por último, identificar subgrupos de población en los que la deprescripción tenga menos aceptación permitirá diseñar y ejecutar campañas dirigidas tanto a pacientes como a profesionales y ayudar de esta forma a mejorar la calidad de la asistencia y de la prestación farmacéutica de los pacientes multimórbidos y polimedicados.


¿Cómo está siendo el proceso de trabajo e investigación?


La investigación me apasiona, así que disfruto el tiempo que le dedico a la tesis. Comenzamos aproximadamente hace un año y medio y hasta ahora nos hemos centrado en el diseño del protocolo de investigación, la solicitud de permisos y la búsqueda de financiación. Ahora estamos trabajando en la adaptación transcultural del cuestionario y, si todo va bien, esperamos comenzar con el trabajo de campo para final de año.


Hasta el momento no he tenido problema para compatibilizar el programa de doctorado con la residencia de Medicina Familiar  y Comunitaria, si bien es cierto que me preocupa la disponibilidad que voy a tener una vez que acabe la residencia.


¿Qué se necesita para poder dedicarse totalmente a trabajar en una tesis doctoral?


En el ámbito de la investigación clínica, como es la que realizamos en Atención Primaria, es extraño encontrar profesionales que se dediquen de forma exclusiva a trabajar en una Tesis Doctoral. Es lógico. La clínica permite plantearte continuamente preguntas, y la investigación a su vez hace mejorar tu trabajo como clínico. Ambas deberían ir de la mano. Los programas de doctorado te ofrecen la posibilidad de escoger una dedicación parcial para poder compatibilizar ambas actividades.


¿Por qué decidiste presentar tu candidatura a las Becas Isabel Fernández?


Una tesis doctoral, como cualquier proyecto de investigación, conlleva unos gastos. No es fácil encontrar fuentes de financiación públicas, y sin duda creo que la investigación de calidad tiene que mantenerse alejada del patrocinio de empresas privadas – farmacéuticas, alimentarias o tecnológicas – cuyos objetivos difieren del nuestro: tratar de mejorar el estado de salud de los pacientes.


La semFYC es la sociedad científica con la que me siento más identificado y comparto gran parte de su forma de entender la medicina y la Atención Primaria. Aún tiene pasos que dar en cuanto a independencia de este tipo de empresas, pero creo que ella y sus sociedades federadas se dirigen en buena dirección.


¿En qué sentido te ha ayudado ser ganadora de una de estas ayudas de la semFYC?


En las primeras etapas como doctorando surgen muchas dudas y me he replanteado el proyecto una y otra vez. Haber obtenido esta beca de investigación ha supuesto una ayuda importante para seguir adelante con la tesis.


¿Te parece que es una buena fórmula para tirar adelante tu proyecto?


Sí. Vista la cantidad de solicitudes presentadas, animo a las Sociedades Federadas de la semFYC a que fomenten la investigación a través de convocatorias como esta.


¿Cuándo crees que verás tu Tesis publicada?


El tiempo establecido para la lectura de la tesis en el Programa de Doctorado de Biomedicina, Investigación Traslacional y Nuevas Tecnologías en Salud de la Universidad de Málaga, en el que estoy matriculado, es de cinco años prorrogables tres años más. Si todo va bien, en un plazo de tres o cuatro años puede estar finalizado el proyecto.


¿Has pensado cómo te gustaría presentarla?


Los nuevos programas de doctorado, a raíz del Real Decreto 99/2011, han cambiado. Ahora, durante los años en los que se desarrolla la tesis es necesario generar aportaciones de calidad relacionadas con el proyecto de investigación en forma de publicaciones científicas en revistas indexadas, además de comunicaciones en foros de investigación o congresos. Esto añade complejidad al proceso porque estas publicaciones, sobre todo si se publican en una revista, requieren un esfuerzo y tiempo extra, pero por otro lado hacen que en el momento de presentar la tesis gran parte del trabajo, que antes se realizaba una vez defendida, esté ya hecho.


¿Recomendarías a tus colegas a que presentasen sus investigaciones a las Becas de la semFYC?


Sí. Existen pocas convocatorias de ayudas destinadas específicamente a proyectos de investigación desarrollados en el ámbito de la Medicina de Familia y, tanto por la cuantía de la beca como por los trámites que hay que realizar para solicitarla, creo que es una buena forma de obtener financiación para el proyecto de investigación.


¿Cómo ves la situación actual de la Medicina de Familia?


Actualmente soy residente de cuarto año, por lo que en unos meses acabaré la especialidad. Elegí ser médico de familia porque me gusta la Atención Primaria, trabajar en un Centro de Salud, realizar un seguimiento al paciente en el tiempo, estar en contacto con su familia y su comunidad.


Lamentablemente, como le ha ocurrido a tantos otros compañeros que ya acabaron su residencia, no voy a poder trabajar para aquello para lo que me he formado hasta dentro de muchos años. Al igual que no se entiende un cirujano que no entre en quirófano, no se entiende un médico de familia sin un cupo de pacientes.


La situación de los Centros de Salud, la precariedad laboral que conlleva querer trabajar en Atención Primaria y, en definitiva, el olvido sistemático de este nivel asistencial por parte de las administraciones reflejan que la Medicina de Familia tiene un problema de base. Y, o se pone solución de forma urgente –mediante financiación, entre otras medidas–, o la Atención Primaria, y nuestra especialidad, van a quedar como una parte cada vez más residual del sistema sanitario.


¿En qué ámbito piensas que tu Tesis mejorará la especialidad?


La polimedicación se ha convertido a día de hoy en un problema de salud pública y la deprescripción se ha demostrado como una estrategia eficaz para afrontarla, al menos en parte. Para llevarla a cabo es necesario superar la visión farmacocentrista y biomédica del fenómeno de la polimedicación, y situar el foco de atención en la persona y su contexto familiar, comunitario y social. Sin duda, el médico de familia, como coordinador de los tratamientos farmacológicos del paciente y como parte del equipo de Atención Primaria, ocupa un papel central para llevar a cabo una deprescripción de medicamentos de forma segura, aceptada y útil.


Con este cuestionario pretendemos dotar de otra herramienta al médico de familia para involucrar al paciente en el proceso de prescripción – deprescripción, y de esta forma contribuir a prestar una atención centrada en el paciente que tenga en cuenta sus valores, preferencias y necesidades.


¿Quieres añadir alguna información más?


A la hora de diseñar el proyecto de investigación me he apoyado mucho en los directores de mi tesis, Enrique Gavilán, que forma parte del Laboratorio del Polimedicado, y Antonio García Ruiz, del Departamento de Farmacología de la Universidad de Málaga. Trabajar con un director con experiencia en investigación es de mucha ayuda, sobre todo para los primeros pasos, así como contar con una Unidad Docente que fomente que los residentes investiguen, como ocurre en mi caso.



 

 

 

 

 

 

 

 

 

José Ignacio de Juan Roldán

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