Disciplina en la educación
Enfermedades en la infancia
17.16. Disciplina en la educación
La
educación
nos enseña a vivir y a ser más felices. Las normas permiten ayudar a adaptarse a la sociedad y relacionarse con
el entorno y los límites dan pautas adecuadas de conducta, aportándonos seguridad y protección. Es importante enseñar
a aplazar nuestros deseos. Las normas se aprenden fundamentalmente en casa y requiere por parte de los padres tiempo,
constancia, claridad y serenidad.
La
disciplina
para los niños y niñas es importante para el desarrollo de habilidades sociales y para protegerles de posibles
daños Requiere del necesario equilibrio entre recompensas y llamadas de atención o castigos. La manifestación física a través
de un cachete o de gritos nunca es una forma adecuada de corrección. Los hijos e hijas pueden entender que la violencia sirve
para algo, que está bien lastimar a quien se quiere, y pueda hacer que sean más agresivos o asustadizos y que no se sientan
queridos.
¿Qué puedo hacer?
O
En casa se debe
procurar crear un
ambiente
de cariño y
respeto. Las rutinas
y los horarios diarios
ayudan a mejorar el
comportamiento de
los hijos e hijas.
O
Los progenitores
deben:
– Establecer
expectativas
claras.
– Ser
pacientes
y actuar con sentido común y humor, a
pesar del cansancio.
– Ser
coherentes
y honestos. Ambos progenitores deben
consensuar las normas.
– Realizar una pausa para calmarse cuando pierda el
control y
disculparse
.
– Ser
objetivos.
Pocas normas, específicas, claras y
adaptadas a la edad de su hijo o hija.
– Explicar el porqué de las normas. Ser
firme
en la
formulación de los límites, que deben ser claros y
coherentes.
– Desaprobar el comportamiento, nunca a su hija o hijo; el
objetivo es enseñar. Indíquele una alternativa aceptable,
será menos negativo y lo aceptará mejor.
Evite gritar.
–
Felicitarle
siempre que se lo merezca. Ayudará a
desarrollar su confianza y aumentar su autoestima.
– Dejar que las consecuencias de un acto enseñen al niño.
Si el niño rompe un juguete, ya no dispondrá de él para
sus juegos.
O
Comuníquese
con su hija o hijo: a solas, con calma, respeto
y en voz baja. Cuide la comunicación no verbal. Respete los
turnos. Exprese siempre sus sentimientos y hágalo de forma
adecuada. Practique la escucha activa y aborde los
problemas de uno en uno. Pregunte. Infórmese. No
prejuzgue. No se ponga como ejemplo.
O
Si su hijo o hija se merece un
castigo
, este debe ser
proporcional a la falta. Debe ser inmediato, después de la
conducta que se pretende corregir. Razone con él o ella
sobre el motivo y sea contundente en los aspectos que no
admiten réplica. Su hijo debe «reflexionar» sobre cómo
debe comportarse y tener claro lo que se espera de él.
O
Ayude a su hijo con las
rabietas
. Deje que exprese sus
sentimientos y ofrézcale alternativas al comportamiento
violento para enfrentarse a la ira y la frustración. Debe saber
que no hay excusas para la agresión. Ante un comportamiento
inaceptable, indíquele que si no pone fin al mismo se le
dejará un tiempo de espera que debe ser breve; eligiendo un
lugar que no sea aterrador, pero tampoco cómodo.
¿Cuándo consultar a su
médico/a de familia?
O
Si observa dificultades en la adaptación al entorno social
o familiar y en su comportamiento.
O
Si ha intentado muchas técnicas y no han funcionado.
¿Dónde conseguir más información?
O
https://www.healthychildren.org/Spanish/family-life/
family-dynamics/communication-discipline/Paginas/
disciplining-your-child.aspx
O
https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/
002211
.htm
O
https://www.cdc.gov/parents/spanish/essentials/
communication/index.html
O
https://es.familydoctor.org/lo-que-puede-hacer-para-
cambiar-la-conducta-de-su-hijo/
O
https://www.familiaysalud.es/palabras-clave/disciplina