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semFYC ofrece pautas para que el paciente participe en las decisiones que afectan a su salud

semFYC ofrece pautas para que el paciente participe en las decisiones que afectan a su salud

Fecha de publicación: 01 de julio de 2009

Durante muchos años el modelo paternalista es el que ha predominado en la relación médico-paciente. También desde hace mucho tiempo los médicos de familia vienen defendiendo los beneficios de una relación más horizontal en la que el paciente pueda manifestar su interés y preferencias por lo que afecta a su salud y de ese modo pueda participar en las decisiones que se tomen al respecto. Un ejemplo sería la declaración de las voluntades previas o el testamento vital. Este documento recoge las actuaciones sanitarias que se quieren recibir en el supuesto de que en un momento dado el paciente careciera de capacidad para decidir. Pero aparte de ésta, hay muchas otras situaciones, menos dramáticas y mucho más cotidianas, en las que es preciso tomar una decisión. A veces no son fáciles y el paciente necesita ayuda. Con ese fin la semFYC ha incluido en Tu centro de salud, la sección destinada a la población de su página web, unas pautas de actuación en forma de guía para la toma de decisiones compartidas entre el paciente y el médico.

"Se trata de que el paciente pueda tener un papel más activo en algo tan básico como su propia salud. Los consejos que proporciona semFYC a través de su web le van a servir para adecuar esa decisión a sus valores y preferencias. Esta iniciativa responde a nuestro objetivo de aprovechar las nuevas tecnologías en beneficio de los pacientes. Cuando tenemos un problema necesitamos información para disminuir la incertidumbre y afrontar la situación en las mejores condiciones posibles, para hacernos una idea realista del pronóstico y para comprender los procesos y colaborar en el autocuidado", asegura el doctor Luis Aguilera, presidente de semFYC.

El doctor Aguilera anunció que desde semFYC "seguiremos divulgando recomendaciones de interés en formato on line porque mediante la participación activa en el propio tratamiento se obtiene una mejora más rápida de la condición de salud o en el caso de enfermedades crónicas, llevar una vida más satisfactoria y duradera".

El autor de esta guía sencilla en cinco pasos, el doctor Carlos Almendro, director de la web de semFYC e integrante del Grupo de Educación Sanitaria destaca la importancia de que tiene compartir las decisiones no sólo con el médico. "Es clave que lo haga con el profesional pero también es bueno que el paciente lo hable con otras personas de su entorno familiar y social. Puede consultarlo con familiares, amigos o cuidadores e incluso con personas que han tomado antes una decisión similar. Es esencial que antes de nada conozca todas las opciones posibles, con sus riesgos y beneficios".

Como indica el doctor Aguilera, una toma de decisiones compartida implica tener en cuenta las expectativas del paciente y en ocasiones también las de la familia. "Antes los profesionales debemos proporcionar información actualizada según los últimos conocimientos, identificar las incertidumbres, animar al paciente a expresar su preferencia y luego asegurarnos de que se ha optado por lo más adecuado para el enfermo".

Un nuevo paradigma
La revista Atención Primaria acaba de publicar un trabajo de los doctores Carlos Almendro y Ana M. Costa que analiza el tipo de relación médico-paciente que se requiere si el objetivo es la toma de decisiones compartida. Para empezar, es preciso que la atención esté centrada no en la enfermedad sino en el paciente. "Debe ser un modelo en el cual se tiene en cuenta no sólo la dolencia orgánica, sino cómo la vive el paciente en su entorno y cómo afecta a sus valores", aclara el doctor Almendro.

El artículo repasa las ventajas de atender en la consulta a un paciente en condiciones de compartir una decisión que afecta a su salud. "Por ejemplo, sabemos que una buena estrategia para mejorar el cumplimiento terapéutico es conseguir una mayor implicación por parte del afectado. Además este tipo de paciente acaba redundando en beneficio de la calidad asistencial porque induce al médico a confirmar que las decisiones se ajustan a los últimos conocimientos científicos", explica el doctor Almendro.

Los autores admiten un posible inconveniente: compartir decisiones podría exigir al profesional que invierta más tiempo en la consulta. En un momento de excesiva presión asistencial ponerse a indagar en los valores y preferencias del paciente podría resultar superfluo e incluso contraproducente para muchos médicos. "A esta actitud habría, no obstante, que anteponer que los estudios realizados demuestran que los pacientes que se implican consiguen mejores resultados, que es el objetivo principal de nuestra labor", sostiene el doctor Almendro.