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“La única dosis de alcohol que no perjudica la salud es cero”

“La única dosis de alcohol que no perjudica la salud es cero”

Fecha de publicación: 23 de diciembre de 2020

Con la llegada de la Navidad es habitual relajar las costumbres relacionadas con la bebida. Es frecuente aumentar el consumo de vino, cava, algún licor e incluso que otra copita. Por eso es un buen momento para recordar que los límites de consumo de bajo riesgo de alcohol fueron recientemente actualizados y publicados en un documento en el que habían trabajado durante dos años numerosos expertos de renombre.


Uno de los expertos que ha colaborado en la elaboración de ese documento es Rodrigo Córdoba García, coordinador del Grupo de Educación Sanitaria y Promoción de la Salud de PAPPS de la semFYC. Para él la conclusión final de este texto es la siguiente: “La única dosis de alcohol que no perjudica la salud es cero”


A pesar de ello es cierto que hay dosis bajas de alcohol que no incrementan la mortalidad. Esas dosis son las que han sido revisadas recientemente, de modo que en la actualidad se considera que consumir más de 10 gramos (media copa de vino o una caña de cerveza) de alcohol al día en mujeres y 20 (una jarra de cerveza o una copa de vino) en hombres se asocia con una mayor mortalidad.


Esta revisión se ha realizado en nuestro país, donde el consumo de riesgo bajo ha sido el más alto de la Unión Europea hasta hace unos meses.


Córdoba García entiende que hay “ocasiones especiales en las que estas cantidades se pueden incrementar ligeramente, siempre que no sea a diario y evitando la embriaguez. No beber nunca más de dos o tres copitas de vino, por ejemplo”. Y en caso de adolescentes, embarazadas, personas con antecedentes familiares de alcoholismo severo y en situaciones previas a la conducción, el consumo de alcohol debe ser igual a cero.


Y siempre recordando que, aunque la opinión pública apenas esté informada de ello, “el alcohol es cancerígeno. El 4% de toda la mortalidad por cáncer está relacionada con el alcohol. El alcohol provoca cáncer de esófago, boca y laringe, además del de mama, hígado, colon y páncreas. Esos datos anulan cualquier beneficio que pudiera tener para el corazón”, concluye Rodrigo Córdoba.