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El burnout en Atención Primaria crece en 16 puntos por la pandemia, según un original publicado en Revista Clínica de Medicina de Familia
Fecha de publicación: 20 de octubre de 2022
Un artículo original recién publicado en Revista Clínica de Medicina de Familia ha realizado una comparativa entre los resultados de sendos estudios descriptivos observacionales realizados en 2016 y 2021, respectivamente. Y los resultados son muy sorprendentes: el burnout ha crecido un 16% entre ambas fechas, y con la pandemia en medio.
Los datos del primer semestre de 2016 señalan un 20,7% de prevalencia del burnout entre los profesionales de AP. Mientras que entre abril y mayo de 2021, en plena cuarta ola de covid19, esta cifra alcanzó el 36,5%.
En esta última fecha, las tres subdimensiones que engloban el burnout registraron alteraciones: un 50% de la población sanitaria de AP presentaba puntuaciones alteradas de la subescala de agotamiento emocional (AE), un 22,9% mostró puntuaciones altas en la subescala de despersonalización (DP) y un 41,7% presentó puntuaciones bajas en la escala de realización personal (RP).
Hasta tal punto es preocupante esta situación que se puede decir que entre abril y mayo del pasado año había más sanitarios con burnout que sin él. Un 36,5% daba positivo, frente a un 35,4% que no da marcadores elevados. El 28,1% restante es población sanitaria en riesgo que acaba quemada.
Es interesante tener en cuenta la opinión de Ignacio Párraga, director de la publicación y autor de la investigación de 2016:
Los datos del primer semestre de 2016 señalan un 20,7% de prevalencia del burnout entre los profesionales de AP. Mientras que entre abril y mayo de 2021, en plena cuarta ola de covid19, esta cifra alcanzó el 36,5%.
En esta última fecha, las tres subdimensiones que engloban el burnout registraron alteraciones: un 50% de la población sanitaria de AP presentaba puntuaciones alteradas de la subescala de agotamiento emocional (AE), un 22,9% mostró puntuaciones altas en la subescala de despersonalización (DP) y un 41,7% presentó puntuaciones bajas en la escala de realización personal (RP).
Hasta tal punto es preocupante esta situación que se puede decir que entre abril y mayo del pasado año había más sanitarios con burnout que sin él. Un 36,5% daba positivo, frente a un 35,4% que no da marcadores elevados. El 28,1% restante es población sanitaria en riesgo que acaba quemada.
Es interesante tener en cuenta la opinión de Ignacio Párraga, director de la publicación y autor de la investigación de 2016:
“Parte del problema es que el punto de partida ya era muy alto, con datos que en 2016 señalaban que, de cada 5 profesionales, 1 estaba quemado (20,7%), y más de la mitad (53,3%) tenían uno de los tres marcadores de burnout alterados”.
La revista puede leerse en este link.