Nutrición y Vitamina D: preguntas y respuestas
Continuando con la semana que dedicamos a la Vitamina D, hoy te ofrecemos una serie de respuestas a preguntas básicas pero que aún a día de hoy ofrecen dudas. Esperamos resolverlas todas.
¿Qué es la vitamina D?
La vitamina D es una vitamina liposoluble, de estructura molecular esteroidea, derivada del colesterol.
¿Cuántas formas de vitamina D hay?
La vitamina D se encuentra presente en la naturaleza de dos formas distintas: la vitamina D2 (ergocalciferol) y la vitamina D3 (colecalciferol). Ninguna de las dos tiene actividad biológica. Son las moléculas precursoras de la hormona activa, la 1-25 hidroxicolecalciferol (calcitriol), tras su hidroxilación en el hígado (25-hidroxi vitamina D3, calcifediol o calcidiol) y finalmente en el riñón.
¿Qué funciones tiene la vitamina D?
La vitamina D interviene en el metabolismo óseo, aumentando la absorción intestinal y renal de calcio y fósforo, manteniendo en rango fisiológico sus niveles. Además, es inmunomoduladora y actúa sobre la proliferación y diferenciación celular de queratinocitos epidérmicos y de células tumorales.
¿De dónde se obtiene la vitamina D?
Se estima que más del 90% de los depósitos de vitamina D en el organismo proceden de la síntesis cutánea de vitamina D3 tras la exposición al sol (radiación UVB). La vitamina D2 se encuentra en algunos alimentos vegetales y la vitamina D3 en algunos alimentos de origen animal.
¿Qué alimentos son ricos en vitamina D?
Las setas y hongos expuestos a la radiación UV son ricos en vitamina D2. Los pescados grasos (sardina, salmón, caballa, atún) son ricos en vitamina D3. Sin embargo, no se pueden alcanzar niveles adecuados con el aporte dietético aislado. Es necesario complementarlo con la exposición solar en verano y, en determinados casos, con suplementos el resto del año.
¿Cuánta exposición solar es necesaria para obtener niveles adecuados de vitamina D?
La cantidad de radiación UV que llega a la superficie terrestre depende de muchos factores (latitud, estación del año, hora del día, presencia de nubes, edad, fototipo cutáneo, filtros solares como la ropa o los fotoprotectores tópicos, etc.). Se estima que, en España, por encima del paralelo 37º (Sevilla), con 5-15 minutos al día en cara y brazos durante las horas centrales del día, entre marzo y octubre, sería suficiente para mantener unos niveles adecuados. El resto del año, por encima de ese paralelo, la síntesis cutánea disminuye drásticamente (“invierno de la vitamina D”).
Las principales sociedades internacionales de Dermatología coinciden en aconsejar tiempos de exposición solar que no produzcan eritema (quemadura de 1º grado), ya que la producción de vitamina D se da antes de esa fase.
¿Cuándo se considera que hay déficit de vitamina D?
El déficit de vitamina D lo establecemos por los niveles de calcifediol (25OH D3) en sangre.
Los puntos de corte, no universalmente consensuados, se basan en la concentración de calcifediol que mantiene los niveles de hormona paratiroidea (PTH) en rango.
Así, por encima de 30 ng/ml (75 nmol/L) se considera suficiencia. Cifras por debajo de 10-20 ng/ml (<25-50 nmol/L) se consideran déficit. Por debajo de 10 ng/ml (25 nmol/L) el tratamiento es obligado.
¿Qué enfermedades se asocian con un déficit de vitamina D?
Además de las enfermedades clásicas, raquitismo y osteomalacia, el déficit de vitamina D se ha relacionado con muchas otras (infecciosas, autoinmunes, neoplásicas, ginecológicas/obstétricas, etc.). Sin embargo, su papel causal en ellas todavía no se ha demostrado de forma concluyente.
¿A qué pacientes es aconsejable pedir niveles de vitamina D?
Se aconseja medir niveles de 25OHD a pacientes en tratamiento con suplementos de vitamina D a los 3-4 meses de iniciado el mismo, cuando se empleen dosis superiores a 2.000 U/día o si aparecen síntomas de toxicidad; pacientes con enfermedades crónicas que afecten a la absorción y metabolismo de la vitamina D (hepáticas, renales, intestinales, óseas, reumáticas, endocrinas, etc.) y usuarios de determinados medicamentos (inductores enzimáticos, retrovirales, glucocorticoides, imidazólicos).
¿Cómo tratar el déficit de vitamina D?
La ingesta mínima de vitamina D que cubre los requerimientos de la población sana sería de unos 600 UI/día hasta los 70 años y 800 UI/día en mayores de 70 años.
En caso de déficit, la pauta más habitual consiste en 16.000 (calcifediol) o 25.000 (colecalciferol) UI/semanales durante los primeros meses y luego esa misma dosis quincenal o mensual que asegure unos niveles plasmáticos por encima de 20 ng/ml. En caso de administración diaria, esta no debe ser inferior a 800-1.000 UI/día durante la fase de mantenimiento.
¿Qué problemas puede ocasionar el exceso de vitamina D?
La intoxicación por vitamina D no se produce por exceso de exposición solar ni por exceso en la ingesta de alimentos enriquecidos. Además, los suplementos farmacológicos de vitamina D3 o de calcifediol, en dosis inferiores a 4.000 UI/día, raramente producen intoxicación. Esta cursa con clínica de anorexia, náuseas, vómitos, estreñimiento, polidipsia, poliuria, debilidad muscular, depresión, confusión, arritmias cardiacas y coma. Además, puede aparecer hipercalcemia, nefrolitiasis e insuficiencia renal.
¿Cuándo se considera que hay un exceso de vitamina D?
Se considera hipervitaminosis con niveles plasmáticos entre 50 y 150 ng/ml y riesgo de intoxicación por encima de esa cifra.
¿Hay pruebas de que la vitamina D sea útil en enfermedades distintas a la osteoporosis?
En los últimos años se han publicado ensayos clínicos que demuestran que los suplementos de vitamina D son eficaces a la hora de prevenir caídas en personas mayores, fracturas (asociado a calcio), caries dental, DM2 (en pacientes con riesgo alto), infecciones de vías aéreas altas y sibilancias en lactantes, infecciones ORL y vías aéreas altas (niños y adultos), reagudizaciones de asma (leve-moderado) y EPOC (moderado-grave), preeclampsia, diabetes gestacional, hemorragia postparto, bajo peso neonatal, migrañas, enfermedades autoinmunes (en mayores de 50 años), mortalidad total y mortalidad por cáncer, .
Con este mismo nivel de evidencia, los suplementos de vitamina D han demostrado ser eficaces en el tratamiento de la sarcopenia, dermatitis atópica (niños y adultos), DM2, diabetes gestacional, dislipemia, depresión (tratamiento coadyuvante), síndrome del ovario poliquístico, fibromialgia, artrosis, artritis reumatoide, lupus sistémico y, posiblemente, síndrome del intestino irritable, esclerosis múltiple (tratamiento coadyuvante) y Covid-19.
Estos efectos positivos se dieron sobre todo en pacientes con déficit de vitamina D y con ingestas diarias o semanales del suplemento.
Bibliografía:
– Carbonell Abella C. Vitamina D: indicaciones para el cribado y tratamiento. FMC 2019;26(8):441-7. Disponible aquí (acceso el 22 de mayo de 2022).
– Cucalón Arenal JM, Blay Cortés MG, Zumeta Justero J, Blay Cortés V. Actualización en el tratamiento con colecalciferol en la hipovitaminosis D desde atención primaria. MedGenFam 2019; 8(2):68-78. Disponible aquí (acceso el 22 de mayo de 2022).
– Avalia-t. Recomendaciones de uso adecuado de pruebas y suplementos de vitamina D en población general. Ministerio de Sanidad, Madrid 2021. Disponible aquí (acceso el 22 de mayo de 2022).