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#HemosLeído: ‘Desigualdades en la esperanza de vida por nivel educativo y su disgregación en Barcelona, 2004-2018’

#HemosLeído: ‘Desigualdades en la esperanza de vida por nivel educativo y su disgregación en Barcelona, 2004-2018’

Fecha de publicación: 28 February 2023
Bartoll-Roca X, et al. 'Inequalities in life expectancy by educational level and its decomposition in Barcelona,  2004-2018'. Gaceta Sanitaria (2022).



Este artículo, publicado en Gaceta Sanitaria en 2022, presenta un estudio que tiene como objetivo analizar la brecha en la esperanza de vida por nivel educativo en la ciudad de Barcelona desde 2004 a 2018, disgregando dicha brecha por edad y por causas de muerte. Determinar esta brecha es una forma útil de resumir en una única medida las inequidades sociales en mortalidad, y con ello contribuir a un mejor entendimiento de estas desigualdades en una ciudad.



En los países europeos, las tasas de mortalidad han llevado una tendencia descendente en las últimas décadas. Pese a ello, las inequidades según el nivel educativo tienden a persistir o aumentar. En estos países, la disgregación de la brecha muestra mayor mortalidad por todas las causas entre hombres jóvenes de nivel educativo bajo.



En España, el análisis de la disgregación de la brecha es importante ya que, si la edad o las causas de muerte son sensibles a intervenciones preventivas, se podrían promover iniciativas y políticas públicas para identificar sobre qué grupos aplicarlas y así reducir la mortalidad.



La disgregación en niveles educativos es más fácil de obtener y más significativa. En esta línea, este es el primer estudio que aplica técnicas de disgregación en una ciudad española.



Para ello, el nivel educativo se clasifica en dos grupos:



1)      Bajo nivel: secundaria inferior o menor.



2)     Alto nivel: secundaria superior o educación superior/universidad.



Se calculan tablas de vida abreviadas a la edad de 25 años por sexo, utilizando métodos estándar. El corte a los 25 años fue elegido por ser la edad mínima en la que el nivel educativo es suficientemente estable y conserva la mayor información sobre la causa de muerte. Se realizó una regresión lineal para identificar si había una tendencia lineal en la esperanza de vida y así determinar la contribución de la edad y causa de muerte en el período analizado.



Análisis de los resultados 



La brecha de la esperanza de vida a los 25 años según el nivel educativo fue bastante estable a lo largo de los años con un valor estadísticamente significativo en torno a los 3,08 años para los hombres y 1,93 años para las mujeres. Se observó un decrecimiento constante de los años entre hombres y mujeres con nivel educativo bajo y medio y, por el contrario, un incremento en la población con mayor nivel educativo. La esperanza de vida fue mayor en mujeres que en hombres en todas las edades.



En cuanto a grupo de edad: en los hombres, mostró un cambio favorable a la brecha desde las edades jóvenes a las mayores. En las mujeres, la brecha se concentró en las de mayor edad y fue estable a lo largo del tiempo.



Finalmente, en relación a las causas de muerte: fueron las que contribuyeron mayoritariamente a la brecha por nivel educativo. El estudio mostró una mayor contribución de las enfermedades respiratorias y circulatorias tanto en hombres como en mujeres, y una menor influencia en la brecha de las causas externas en los hombres y en las enfermedades infecciosas en ambos sexos.



En hombres: neoplasias, enfermedades circulatorias , enfermedades respiratorias y causas externas.



En mujeres: enfermedades circulatorias, trastornos del comportamiento y mentales, enfermedades gastrointestinales y enfermedades respiratorias.



Asimismo, el artículo nos recuerda que el tabaquismo está influenciado por la clase social. En España, es también el principal factor de riesgo de pérdida de años ajustados por discapacidad atribuibles a neoplasias y enfermedades cardiovasculares y respiratorias en los hombres, y el sexto en mujeres con elevado IMC.



A pesar de la gran reducción en el consumo de tabaco desde la introducción de la ley de restricción del tabaquismo en 2005, las desigualdades en dicho consumo siguen presentes según el grupo socio-demográfico.



Por otro lado, los autores señalan que este estudio tiene varias limitaciones:



—Los registros censales oficiales pueden subestimar a la población inmigrante.



—La existencia en Barcelona de un "efecto inmigrante sano", lo cual puede haber reducido la brecha en la esperanza de vida a través de tasas de mortalidad más bajas entre la población con bajos ingresos.



—Los resultados deben interpretarse como una aproximación inicial y se recomienda encarecidamente un análisis más profundo por causas específicas de muerte, ya que las causas generales pueden ocultar tendencias divergentes dentro de las causas específicas.



Conclusiones del estudio 



Este artículo añade, a la literatura ya conocida, que en la ciudad de Barcelona persiste una brecha en la esperanza de vida disgregada por nivel educacional, y que la disgregación por edad y causa de muerte puede ayudar a calcular hipótesis.



La persistencia de las desigualdades en la esperanza de vida es un asunto que preocupa a las políticas de salud pública, ya que estas inequidades pueden reducirse mejorando las condiciones socioeconómicas en las que las personas viven y trabajan. Algunas propuestas son: promover la adopción de comportamientos más saludables, facilitar el acceso a una atención sanitaria adecuada y proporcionar entornos urbanos más saludables.



Este estudio puede sernos útil en nuestra consulta del día a día ya que nos recuerda la importancia de las inequidades sociales en la salud de las personas. En este caso, pone el foco en el nivel educativo, el cual, como sabemos, va muy unido a la clase social y puede repercutir en gran manera en nuestra salud global. Aunque el artículo hace referencia a una ciudad grande como Barcelona, podemos tomar como modelo las hipótesis de las que parten, las propuestas y las conclusiones a las que llegan y aplicarlas en nuestro centro de salud ya sea más “de barrio”, urbano o rural. De esta manera, seguiremos ampliando la mirada y ayudando de la forma más equitativa posible a mejorar la salud de nuestra población.



 



Teresa Anadón González



Grupo de Trabajo en Inequidades en Salud y Salud Internacional de la Sociedad Aragonesa de Medicina de Familia y Comunitaria