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Las consultas de atención primaria aumentan en primavera por cansancio y decaimiento

Las consultas de atención primaria aumentan en primavera por cansancio y decaimiento

Fecha de publicación: 18 de marzo de 2008

Las consultas de Atención Primaria aumentan en primavera a causa del cansancio pronunciado y una inexplicable sensación de abatimiento que presentan muchos pacientes. La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) afirma que la subida de las temperaturas y el incremento de horas de luz provocan en muchas personas alteraciones físicas y del estado de ánimo.

Somnolencia, irritabilidad, cansancio y apatía son los síntomas más frecuentes asociados a la astenia primaveral. Un trastorno leve que suele remitir en menos de dos semanas.

La cultura popular asocia la llegada de la primavera a un aumento en la incidencia de astenia, por lo que coloquialmente se ha acuñado el término astenia primaveral. “No se trata de un diagnóstico médico – según el doctor Enric Aragonés, del Grupo de Trabajo de Salud Mental de semFYC- sino de un término descriptivo de la astenia que aparece en esta época del año. Es frecuente que durante estos meses de primavera acudan a la consulta personas con estas molestias, adolescentes con mareos y trastornos del sueño, que están muy relacionados con los exámenes que tienen lugar a finales de primavera. También es posible que en algunos casos sea un síntoma más de un cuadro alérgico, tan frecuentes en esta época del año”, aclara este experto.

La astenia se define como la falta de fuerzas o decaimiento caracterizada por una sensación de cansancio, fatiga física y psíquica, bajo tono vital y apatía. La fatiga intelectual, la dificultad de concentración y los trastornos del sueño, la memoria y del apetito son otras de las molestias asociadas a este estado.

En la mayoría de los casos, la astenia es un síntoma aislado y transitorio que no responde a un motivo concreto y que incluso puede ser la respuesta del organismo al estrés o al sobreesfuerzo físico o intelectual. “Pero en otras ocasiones puede ser la manifestación de una enfermedad orgánica subyacente, como una anemia, una enfermedad grave o un trastorno psicológico. Por lo que si los síntomas son intensos, se acompañan de otras manifestaciones como fiebre, pérdida de peso, aparición de ganglios, hipotensión, un estado de ánimo deprimido o persisten más de 15 días, se debe acudir al médico para descartar otras patologías”, señala el doctor Aragonés.

Unas sencillas recomendaciones: hábitos de vida saludables
Los expertos recomiendan desdramatizar y tener a paciencia, ya que normalmente es una situación pasajera. “Ante todo”, recomienda el doctor Aragonés, “si se está cansado se debe descansar e intentar mantener o mejorar los hábitos de vida”.
Algunas sencillas medidas para aliviar estas molestias son las siguientes:

• Mantener unos horarios regulares de sueño/vigilia. El sueño debe ser reparador y es conveniente dormir al menos 8 horas. Las cenas deben se ligeras y se tomarán al menos dos horas antes de acostarse, para que la digestión no interfiera en el sueño.

• Realizar ejercicio físico moderado. Se recomienda de media a una hora de ejercicio diario. Pasear, nadar, bailar, montar en bicicleta o hacer yoga son opciones al alcance de todos. Hay que aprovechar las horas de luz natural para salir a tomar el aire y el sol.

• Seguir una dieta equilibrada y variada. Rica en frutas y verduras, que se pueden combinar con arroz, pasta, legumbres y patatas, o acompañar a los platos con carne, pescado y huevos.

• Es aconsejable mantener un horario fijo para las comidas. Se recomienda repartirlas en cinco tomas si pasan más de cuatro horas de una a otra. Entre horas es mejor consumir alimentos ricos en vitaminas y minerales como frutas, zumos de hortalizas o yogures.

• Es importante no saltarse el desayuno, que debe ser completo para que aporte la energía suficiente para mantener el ritmo de la mañana.

• Evitar sustancias estimulantes como el alcohol, el tabaco y las bebidas excitantes, como el café y el té, que pueden sustituirse por infusiones o equivalentes sin cafeína.

• Consumir una cantidad suficiente de agua al día, ya que favorece la función renal e intestinal. Disponer de una botella de agua en un lugar fresco y visible es la mejor forma de obligarse a tomar la cantidad necesaria. Siempre se puede sustituir o complementar con infusiones, zumos y caldos.

• Siempre que sea posible, es bueno hacer pequeños descansos de cinco minutos cada hora durante la jornada laboral para que ésta se desarrolle de una forma más relajada.

• No automedicarse. Los médicos de familia señalan que al igual que no se conocen con certeza las causas de esta dolencia, tampoco se puede recomendar ningún medicamento o complejo vitamínico eficaz.