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Una Atención Primaria fuerte como medida para atajar una salud mental debilitada postpandémica, en el editorial de la revista de Atención Primaria

Una Atención Primaria fuerte como medida para atajar una salud mental debilitada postpandémica, en el editorial de la revista de Atención Primaria

Fecha de publicación: 08 de julio de 2021

Las cifras que nos ha dejado la pandemia por COVID en nuestro país son escalofriantes: 3.604.799 infectados; 124.449 fallecimientos según estimaciones de la Universidad de Washington; una caída del Producto Interior Bruto (PIB) en de un 10,8% en 2020; una tasa de paro por encima del 15,5%... Todo ello tras cerca de un año y medio en el que hemos comprobado que la enfermedad no ha resultado “socialmente igualitaria”.



Lo afirman, en el editorial del último número de la revista Atención Primaria Francisco Buitrago Ramírez, Ramón Ciurana Misol, María del Carmen Fernández Alonso y Jorge Luis Tizón García, miembros del Grupo de Trabajo en Salud Mental del PAPPS de la semFYC. El artículo lleva por título Repercusiones de la pandemia de la COVID-19 en la salud mental de la población general. Reflexiones y propuestas, y refiere la alta incidencia de alteraciones emocionales, ya visibles en algunos grupos sociales, con que nos estamos encontrando.



Ese sufrimiento emocional, esos trastornos mentales y esa enfermedad mental va a contribuir a la medicalización y psiquiatrización de la población. Los autores reclaman que la población pueda contar con más medidas sociales y psicosociales en nuestro país que ya es uno de los mayores consumidores de psicofármacos del mundo.



Ante esta situación, considerada por los autores artículo como una nueva crisis sanitaria, económica y ecológica a nivel planetario habría que implementar medidas dirigidas al sistema sanitario y a sus profesionales. En ese sentido, abogan por que en el Sistema Nacional de Salud (SNS) se reivindique una Atención Primaria de Salud (APS) con suficiente financiación, formación y reconocimiento para tener éxito en los procesos de detección y seguimiento de casos, y en los cuidados integrales de las personas, incluida su salud mental.



Y no solo eso, sino realizar las “reformas socioeconómicas y políticas necesarias para amortiguar las consecuencias del deterioro de la actividad económica del país, el desempleo y la precariedad laboral creciente”.



Para cuidar la salud y la salud mental de la población se hace indispensable disminuir las desigualdades y la pobreza.



 

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